dissabte, 23 de juny del 2012

¿Por qué tenemos pesadillas?


Aunque somos adultos, nos despiertan en mitad de la noche con la misma angustia de cuando éramos niños. Por qué suceden y cuál es su significado es el tema de esta nota.
Entre un 4 y un 8% de la población mundial padece pesadillas con cierta cotidianeidad. Si bien pueden manifestarse ocasionalmente en momentos de mucho estrés, por hábitos inapropiados o por factores fisiológicos, suelen aparecer en una edad temprana, entre los 3 y los 6 años. De hecho, la mayoría de quienes las han experimentado de adultos, han tenido algún episodio en su infancia.
Cómo y cuándo se producen
El dormir se divide en dos etapas: el sueño NMOR y el MOR. Durante el primero, los ensueños son más bien ligeros, mientras que en el segundo son más intensos, vívidos y elaborados. Consecuentemente, se pueden recordar con mayor precisión. A su vez, en este período, la musculatura está paralizada, la frecuencia cardíaca y la respiración son irregulares, la actividad cerebral muy similar a la que se tiene al estar en vigilia y, como el término lo indica, los ojos se mueven constantemente. En esta faceta del dormir se producen las pesadillas, un sueño angustiante con una fuerte sensación de amenaza de vida, que produce agitación y finaliza con un despertar brusco, sobresaltado.
Por qué aparecen
Las causas que provocan un sueño angustiante son múltiples, no hay una explicación única. Desde la psicología conductual, por ejemplo, consideran que son producto de la ansiedad, el estrés, las descargas eléctricas del cerebro, los recuerdos o parte de las preocupaciones que se tuvieron en el día. En tanto, los psicoanalistas afirman que son manifestaciones del inconsciente que, a través de imágenes angustiantes, disfrazan un conflicto no resuelto que atraviesa el sujeto. Hay profesionales que consideran que los sueños les dan una función al durmiente: la de ayudar a superar los miedos más ancestrales y de ahí las pesadillas.
Gloria Gitaroff, por caso, psicoanalista, autora del libro Los Sueños y miembro de APA, explica que "para el pensamiento freudiano, las pesadillas pueden estar relacionadas con lo sexual, porque lo que está prohibido es la sexualidad. O también con algo inmoral para quien las padece. Por eso la persona se despierta, como si no quisiera enterarse tanto de determinado tema".
En tanto, la doctora Mirta Ana Averbuch, jefa dela Unidadde Medicina del Sueño del Instituto de Neurociencias dela Fundación Favaloroy autora del libro Recetas para dormir bien, consideró que "las pesadillas en los niños son fruto de sentimientos de inseguridad, ansiedad, miedos o preocupaciones. También pueden estar inducidas por enfermedades, dolores, sobreexcitación, los programas violentos de televisión o las amenazas enfermizas por parte de los padres".
Asimismo, quien se desempeña como  directora del Instituto Somnos agrega: "No sabemos a ciencia cierta los mecanismos cerebrales  que las  originan, y cuando un sueño se transforma en pesadilla. Lo que  sí podemos asegurar  por medio de estudios del sueño (polisomnografia), que las pesadillas se producen durante el sueño del "soñar", denominado Sueño MOR o REM."
HÁBITOS Y SITUACIONES QUE LAS PRODUCEN
- Comer en exceso durante la noche o en horarios muy cercanos al dormir.
- Ingerir alcohol o bebidas estimulantes (café, bebidas colas o energizantes).
- Permanecer sin dormir varias noches.
- Vivir situaciones estresantes como discusiones o peleas previas al acostarse.
- Fiebre alta.
- Los pensamientos negativos antes de ir a la cama.
- La abstinencia al alcohol de forma súbita.
- Consumo de algunos hipnóticos.
- El fallecimiento de algún ser querido.
- Padecer de algún trastorno respiratorio durante el sueño (apnea).
EL TRATAMIENTO ADECUADO
Es recomendable que aquella persona que sufra de este trastorno de sueño en reiteradas oportunidades (una a dos veces por semana) consulte al médico.
En primer lugar, hay que descartar cualquier otra patología (una apnea del sueño por ejemplo) o la ingesta de fármacos que podrían estar provocándolas. El paso siguiente, una vez desestimados los anteriores, es recurrir a terapia o a un especialista en trastornos del sueño. Los profesionales avezados en el tema, coinciden en que es importante realizar un diagnóstico mediante una adecuada historia clínica del paciente que contemple: características de los episodios, momento de aparición en la noche, desencadenantes, la medicación ingerida, si hubo consumo de alcohol, drogas y los hábitos de sueño. A partir de ello, de ser necesario, se solicitará una Polisomnografía – un análisis que consiste en el registro de los parámetros electrofisiológicos que definen los estados de sueño y de vigilia- con video.
Además de la consulta médica, otra alternativa para tener en cuenta es el Club del Sueño, que funciona enla Fundación AlfredoThomson. Allí, a través de charlas semanales, los asistentes expresan sus problemas frente a los profesionales, quienes apuntan principalmente a modificar los hábitos que perjudican el buen dormir. Si bien los casos sobre pesadillas no son los más comunes -según explica Javier Domínguez, su titular- es una buena opción para mejorar la calidad del sueño y, con ello, disminuir la aparición de las mismas.
Las pesadillas más recurrentes
Cualquiera puede ser la situación soñada por aquella persona que tenga pesadillas. Lo que predomina por sobre cualquier escena es la angustia, el miedo y, entre otras sensaciones, la desesperación. No obstante, hay una serie de sueños que son más recurrentes que otros. Entre algunos de ellos, estos son los más comunes:
  • Sufrir una persecución
  • Llegar tarde a un examen
  • Caerse al vacío
  • Conducir un auto fuera de control
  • Quedar desnudo frente a un gran auditorio
  • La aparición de arañas, reptiles, cucarachas o roedores
  • No poder moverse
  • Ahogarse en aguas turbulentas o estar en medio de una inundación inminente
  • Tener que hacerse cargo de un bebe o animalito indefenso que llora constantemente
revista buena salud

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