dimarts, 26 de juny del 2012

Las Neuronas Espejo y la Telepatía

La neurona es una de las células del sistema nervioso más especializada con que nos ha dotado la naturaleza. Este tipo de célula se desarrolla en los animales para "gobernar" los movimientos musculares. En los lóbulos frontal y parietal del cerebro, se encuentran cierto tipo de hormonas superespecializadas llamadas hormonas espejo que controlan y nos permiten la capacidad de imitar o remedar las acciones de otras personas.

Estas hormonas espejo fueron descubiertas por casualidad en la década de los 80´s, cuando unos científicos italianos realizaban estudios de la actividad cerebral de unos monos a los que habían colocado electrodos para estudiar el comportamiento de una hormona en especial. En ese momento, uno de los científicos tomó un plátano y la hormona se activó sin que el mono estuviera realizando ninguna acción. En posteriores estudios se comprobó que estas hormonas espejo, sólo se activan en los monos jóvenes y con el paso del tiempo, quedan desactivadas. Lo que comprueba el viejo adagio de que "chango viejo no aprende maroma nueva".

Ya en la década de los 2000, con métodos más avanzados se demuestra que las neuronas espejo son utilizadas también por los seres humanos y que son responsables de una gran parte del aprendizaje, principalmente del lenguaje y que al parecer nunca las dejamos de utilizar.

El aprendizaje por imitación es un hecho normal en los humanos, pero las implicaciones de este mecanismo son inmensas, pues demuestran que entre los individuos estamos conectados como si nos reflejáramos unos a otros en diferentes espejos y constituyen a la vez un mecanismo primitivo de comunicación telepática y empática transpersonal que nos liga a unos y otros seres humanos con quienes hemos interactuado en algún momento de nuestra vida.

Esta capacidad de mimetizar y memetizar es tan inherente al ser humano, que no nos es posible evitar copiar actitudes, formas de ser, formas de hablar y también nos sirven para aprender a realizar acciones nuevas en forma inmediata en cuanto observamos o vemos a alguna persona hacer algo diferente o nuevo para nosotros.

Los seres humanos somos inevitablemente copiadoras humanas de lo que hacen y piensan todas las personas con las que hemos tenido contacto y cada reflexión del espejo se convierte en eco en otras personas en un círculo sinfín de retroalimentación.

La comprobación de la actividad de las neuronas espejo la podemos observar cuando alguien a nuestro alrededor bosteza e inmediatamente se activa un mecanismo que nos hace bostezar inevitablemente.

¿Quién sabe cuántas actitudes o acciones realizamos como reflejo de lo que perciben nuestras neuronas espejo y que se activan al observar o percibir determinada acción o pensamiento en otras personas? Tal vez lo que llamamos "coincidencias" no lo sean tanto y sean respuestas que se producen como efecto de esa causa.

Revista Mundo Natural

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