"La ingesta de alimentos está vinculada a los relojes de la alimentación", señala el académico Carlos Acuña, profesor emérito de Fisiología en la Universidad de Santiago de Compostela, quien relaciona el ritmo circadiano (ciclo de veinticuatro horas de luz y oscuridad con el sueño) y el metabolismo del organismo. De acuerdo a esta relación el experto afirma que "los horarios de las comidas son más importantes que las cantidades".
"El reloj maestro está en el cerebro", sostiene y explica que este se activa por la luz al amanecer y "sincroniza todos los ritmos del organismo" relacionados con la producción de hormonas, entre otros. "Pero hay otros relojes en cada órgano que dependen del reloj maestro y de la alimentación", explica el especialista.
Metabolismo Para Mariela Borda, nutricionista-dietista y magíster en Salud Pública de la Universidad del Norte, la dieta basada en este ritmo tiene mucha lógica por el funcionamiento metabólico del cuerpo.
"Los carbohidratos deben consumirse en la mañana o en el inicio de la tarde porque el organismo necesita energía, para desarrollar sus actividades, lo que no sucede por la noche pique esta en reposo", dice Borda.
El especialista Acuña señala que a partir de las 20:00 horas (8 de la noche), la sensibilidad a los glúcidos -azúcares e hidratos de carbono- va a disminuir, eso quiere decir que se digiere menos óptimamente por la tarde. "Los cambios del momento de la ingesta de alimentos son tanto o más importante que lo que comes o cuánto comes", asegura el doctor.
Este ritmo también se ha asociado cuando no se duerme bien y el tiempo requerido al aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) y por tanto al sobrepeso y a la obesidad.
Para los expertos en nutrición la alta disponibilidad que hay actualmente de comidas y bebidas, muchas veces energéticas a lo largo de 24 horas, sumado a que las personas "no ayunan habitualmente", esto rompe el ritmo circadiano.
Las claves se resumen en alimentarse correctamente, respetar el horario y hacer actividad física, además de saber de dónde salen los alimentos que se llevan a la mesa.
"El reloj maestro está en el cerebro", sostiene y explica que este se activa por la luz al amanecer y "sincroniza todos los ritmos del organismo" relacionados con la producción de hormonas, entre otros. "Pero hay otros relojes en cada órgano que dependen del reloj maestro y de la alimentación", explica el especialista.
Metabolismo Para Mariela Borda, nutricionista-dietista y magíster en Salud Pública de la Universidad del Norte, la dieta basada en este ritmo tiene mucha lógica por el funcionamiento metabólico del cuerpo.
"Los carbohidratos deben consumirse en la mañana o en el inicio de la tarde porque el organismo necesita energía, para desarrollar sus actividades, lo que no sucede por la noche pique esta en reposo", dice Borda.
El especialista Acuña señala que a partir de las 20:00 horas (8 de la noche), la sensibilidad a los glúcidos -azúcares e hidratos de carbono- va a disminuir, eso quiere decir que se digiere menos óptimamente por la tarde. "Los cambios del momento de la ingesta de alimentos son tanto o más importante que lo que comes o cuánto comes", asegura el doctor.
Este ritmo también se ha asociado cuando no se duerme bien y el tiempo requerido al aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) y por tanto al sobrepeso y a la obesidad.
Para los expertos en nutrición la alta disponibilidad que hay actualmente de comidas y bebidas, muchas veces energéticas a lo largo de 24 horas, sumado a que las personas "no ayunan habitualmente", esto rompe el ritmo circadiano.
Las claves se resumen en alimentarse correctamente, respetar el horario y hacer actividad física, además de saber de dónde salen los alimentos que se llevan a la mesa.
Fuente:Con Información de El Heraldo
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