dimecres, 27 de setembre del 2017

Shhhh! Más silencio y menos caos


Autoconocimiento
Vivimos inmersos en el ruido físico y mental. Detenernos y escuchar al corazón nos permitirá encontrar respuesta a las preguntas realmente importantes


Pasamos gran parte de nuestra vida buscando la felicidad sin ver que el mundo de nuestro alrededor está lleno a rebosar de maravillas. Estar vivos y caminar por la Tierra es todo un milagro y, sin embargo, la mayoría de las personas persiguen una cosa tras otra para gozar de una mejor situación.
La belleza nos está llamando cada día, a cada hora, pero raras veces le prestamos oídos. El silencio interior es esencial para poder oír la llamada de la belleza y responder a ella. Si en nuestro interior no hay silencio –si nuestra mente, nuestro cuerpo, están llenos de ruido– no oiremos la llamada de la belleza.

La práctica del Noble silencio

Vivo en un centro de retiro situado al suroeste de Francia donde practicamos un tipo de silencio llamado noble silencio. La práctica es fácil de realizar. Cuando hablamos, hablamos.
Pero si hacemos cualquier otra cosa –como comer, caminar o trabajar– simplemente la hacemos, aunque sin hablar a la vez. La llevamos a cabo en un gozoso noble silencio. Así, al ser libres, podemos oír la llamada más profunda de nuestro corazón.


Hace poco hubo un día en el que una gran cantidad de personas, tanto monacales como laicas, almorzamos juntas al aire libre sentadas sobre la hierba. Primero fuimos cada una a servirnos la comida y luego nos sentamos en grupo.
Formamos círculos concéntricos, el más pequeño dentro de otro más grande y así sucesivamente, hasta crear un gran círculo de personas sentadas en silencio. Sin decir una sola palabra.
Fui el primero en sentarme. Me senté y empecé a practicar la respiración consciente para silenciar mi ser. Escuché los pájaros y el viento, y disfruté de la belleza de la primavera.

No estuve esperando a que los demás llegaran y se sentaran para poder empezar a comer. Simplemente gocé de estar sentado en silencio en ese lugar durante veinte minutos más o menos, mientras los demás se servían la comida y se sentaban a mi alrededor. Entonces se hizo el silencio.
Pero sentí que ese silencio no era lo bastante profundo, quizá porque la gente se había distraído al ir a servirse la comida, regresar con el plato lleno y sentarse sobre la hierba. Yo seguí. Sentado en silencio, observando. Llevaba una campanilla conmigo y cuando todo el mundo se acabó de sentar, invité a la campanilla a sonar.
Como habíamos pasado una semana juntos practicando lo de inhalar y exhalar de manera consciente, al oír el tintineo de la campanilla todos la escuchamos con gran atención. Al hacer sonar la campanilla de la plena conciencia, noté que ahora reinaba un silencio muy distinto del otro.
Era un silencio auténtico, porque todo el mundo había dejado de pensar. Nos concentramos en la inspiración y en la espiración. Respiramos juntos y nuestro silencio colectivo generó un campo energético potentísimo. Esta clase de silencio se llama "silencio atronador", porque es muy elocuente y poderoso.
En medio de ese silencio oí el viento y los pájaros con mucha más intensidad. Antes también los oía, pero de distinta manera, porque el silencio que se había creado no era tan profundo como este.

El silencio que vacía el ruido interior

La práctica de dejar que el silencio se haga en ti para vaciarte de todo el ruido interior no es difícil. A base de práctica, lo conseguirás. Cuando surge el noble silencio, puedes caminar, estar sentado, o disfrutar de la comida.
Este tipo de silencio te da una libertad absoluta que te permite disfrutar de estar vivo y apreciar todas las maravillas de la vida. Te ayuda a curarte, tanto a nivel mental como físico. En ese silencio eres capaz de ser, de estar ahí, vivo.
Porque eres realmente libre: libre del arrepentimiento y el sufrimiento concernientes al pasado, libre del miedo y la incertidumbre acerca del futuro, libre de todo tipo de cháchara mental.
Dejar que surja esta clase de silencio en ti cuando estás solo es muy beneficioso, y permanecer en silencio de ese modo juntos es un estado especialmente dinámico y curativo.

El silencio es un poderoso sonido que te conecta con tu interior

El silencio se suele describir como la ausencia de sonido, sin embargo también es un sonido muy poderoso.

Recuerdo que el invierno del 2013-2014 no fue demasiado frío en Francia, pero oímos que en Estados Unidos hacía un frío glacial. Vi una fotografía de las Cataratas del Niágara de los días en que hizo más frío. El agua ya no podía seguir precipitándose; estaba congelada.
Vi la imagen y me quedé muy impresionado. La cascada de agua se había detenido por completo, y el sonido que emitía también.
Hace unos cuarenta años mientras estaba en Chiang Mai, al noreste de Tailandia, en un retiro para jóvenes, me alojé en una cabaña cerca de un riachuelo rodeado de rocas, donde siempre se oía el sonido del agua precipitándose.
Disfrutaba respirando, lavando la ropa y haciendo la siesta sobre las piedras enormes de la orilla del riachuelo. Oía el sonido del agua día y noche.
Contemplando los arbustos y los árboles de mi alrededor me dije: "Desde que nacieron han estado escuchando este sonido. Supón que este sonido cesara y que por primera vez oyeran el sin sonido: el silencio". Imagínatelo, si te es posible.
De pronto el agua deja de correr y todas esas plantas que desde que nacieron han estado oyendo, día y noche, el sonido del agua precipitándose, ya no lo oyen más. Piensa en lo sorprendidas que estarían al oír, por primera vez en toda su vida, el sonido del sin sonido.
Cuando consigues silenciar todo el ruido interno, cuando se hace el silencio, un silencio atronador, en ti, empiezas a oír la llamada más profunda en tu interior. Tu corazón te está llamando. Te está intentando decir algo, pero aún no has podido oírlo al estar tu mente llena de ruido.
Has estado distraído con otras cosas constantemente, a todas horas. Has estado lleno de pensamientos, sobre todo de pensamientos negativos. En la vida cotidiana muchas personas pasamos la mayor parte del tiempo buscando sensaciones agradables –tanto en el sentido material como afectivo– para simplemente sobrevivir.
Dedicamos todo nuestro tiempo a ello. Son las llamadas preocupaciones cotidianas. Nos preocupan a diario: cómo tener suficiente dinero, comida, cobijo y otras cosas materiales. También tenemos preocupaciones afectivas: si una determinada persona nos ama o no nos ama, si un trabajo es seguro o no lo es.
Tu mayor preocupación, como nos ocurre a la mayoría, quizá sea una de la que no te has dado cuenta, una que no has oído en tu interior. La mayor preocupación de todos no tiene nada que ver con el aspecto material o afectivo.

¿Qué queremos hacer con nuestra vida? Esta es la cuestión más importante. Estamos aquí, pero ¿por qué estamos aquí? ¿Quiénes somos? Estas son las preguntas que no nos planteamos por falta de tiempo o por no quererles hacer un hueco.
No son solo preguntas filosóficas. Si no logramos responderlas, nuestra mente no estará en calma ni seremos felices, porque la felicidad no es posible sin una cierta paz. Muchos creemos no poder responderlas nunca.
Pero la plena conciencia te ayudará a lograrlo cuando se haya hecho un cierto silencio en ti. Descubrirás las respuestas a algunas de estas preguntas y oirás la llamada más profunda de tu corazón.
Cuando te preguntas "¿Quién soy?", si lo haces con el suficiente tiempo y concentración, tal vez descubras algunas respuestas sorprendentes. Quizá veas que eres la continuación de tus antepasados.
Tus padres y tus antepasados están presentes en cada célula de tu cuerpo, tú eres una continuación suya. No estás separado de ellos. Si eliminaras a tus antepasados y a tus padres de ti, "tú" desaparecerías.
Quizá veas que estás hecho de elementos, como el agua, por ejemplo. Si eliminaras el agua de ti, "tú" desaparecerías. Estás hecho de tierra. Si eliminaras el elemento tierra de ti, "tú" desaparecerías. Estás hecho de aire. Necesitas el aire desesperadamente, sin él no sobrevivirías. Si eliminaras el elemento aire de ti, "tú" desaparecerías.
Y en ti también hay el elemento fuego, el elemento del calor, el elemento de la luz. Sin la luz del sol no crecería nada en la Tierra. Si lo sigues observando, verás que estás hecho de sol, una de las estrellas más grandes de la galaxia. Y, como ya sabes, la Tierra, al igual que tú, está hecha de estrellas. De modo que eres las estrellas.
En una noche clara, si alzas la vista, verás que formas parte de las estrellas del cielo. Tú no eres solo el cuerpo diminuto que crees ser. La plena conciencia te da el espacio interior y la quietud para mirar dentro de ti, para descubrir quién eres y qué quieres hacer con tu vida.
Ya no sentirás el vano deseo de perseguir una cosa tras otra. La vida está llena de maravillas, como los sonidos maravillosos.
Si logras estar aquí, en el presente, y ser libre, serás feliz en ese mismo instante. No necesitas perseguir nada para serlo.

Los 5 sonidos verdaderos del budismo

El Bodhisattva es un ser de una compasión inmensa que dedica su vida a aliviar el sufrimiento de los demás. En el budismo se habla de Avalokitésvara, el Bodhisattva que "escucha profundamente el clamor del mundo".
Avalokitésvara puede oír toda clase de sonidos. También emitir los cinco tipos de sonidos que curan el mundo. Si encuentras el silencio en ti, podrás oír esos cinco sonidos.
  1. El Sonido Maravilloso: es el sonido de las maravillas de la vida que te llaman sin cesar. Es el de los pájaros, la lluvia...
  2. El Sonido del que Observa el Mundo: es el sonido del escuchar, el del silencio.
  3. El Sonido de Brahma: el sonido trascendental om. Según la espiritualidad hindú, tiene el poder innato de crear el mundo. El universo se creó por medio de este sonido. En la tradición védica de la India es la realidad suprema, Dios. Muchos astrónomos modernos han acabado creyendo en algo parecido. Su hipótesis es que el universo surgió de la "gran explosión".
  4. El Sonido de la Marea Alta: simboliza la voz del Buda. Las enseñanzas del Buda disipan las ideas falsas y la aflicción, y lo transforman todo. Este sonido es penetrante y efectivo. 5
  5. El Sonido que Trasciende Todos los Sonidos del Mundo: es el de la impermanencia; nos recuerda que no debemos quedarnos atrapados en los sonidos del mundo ni apegamos a ellos. Muchos han hecho que las enseñanzas del Buda parezcan difíciles de entender, pero si lo que oyes es complicado o ruidoso, no es el sonido del Buda. Vayas donde vayas, puedes oír este quinto sonido; aun en la cárcel, puedes oír el Sonido que Trasciende Todos los Sonidos del Mundo.
Thich Nhat Hanh es maestro zen vietnamita, poeta y activista por la paz, aúna su conocimiento profundo de la tradición mahayana con la psicología occidental para acercar el budismo al ciudadano actual. Ha escrito más de cien libros y ha sido propuesto para el Nobel de la Paz

 Fuente: CuerpoMente

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Carmen Gómez Jácome
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Terapies a Granollers
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