Las personas que reciben tratamiento para el dolor crónico y agudo de espalda en la zona lumbar muestran una mejora significativa del dolor en las primeras seis semanas, pero todavía pueden experimentar algo de dolor y discapacidad después de un año, según un nuevo estudio.
Los investigadores analizaron datos de 33 estudios que incluyeron más de 11.000 pacientes para aprender más sobre cómo el tratamiento afecta el dolor lumbar.
El estudio confirma la conclusión general de análisis anteriores de que el progreso típico del dolor agudo lumbar es inicialmente favorable: hay una marcada reducción en la media del dolor y la discapacidad en las primeras seis semanas.
Sin embargo, más allá de las seis semanas la mejora se desacelera y, posteriormente, sólo pequeñas reducciones en la media del dolor y la discapacidad son evidentes hasta un año después.
Un año después de comenzar el tratamiento, la mejora típica de la intensidad del dolor fue alrededor del 90 por ciento para los pacientes que tenían dolor lumbar agudo y alrededor del 50 por ciento para los que tenían dolor lumbar crónico, según hallaron los investigadores.
Hay noticias buenas y malas en esta revisión. Está muy bien que las personas mejoren con la atención, pero sin duda hay margen para hacerlo mejor, sobre todo para las personas con persistente dolor de espalda baja.
Por lo general, cuando la gente ve resultados de este tipo quieren culpar al médico, pero, quizás, una de las razones principales por las que no se han logrado más progresos en el campo del dolor de espalda es que los organismos de investigación no retoman la investigación del dolor en serio.
Los investigadores analizaron datos de 33 estudios que incluyeron más de 11.000 pacientes para aprender más sobre cómo el tratamiento afecta el dolor lumbar.
El estudio confirma la conclusión general de análisis anteriores de que el progreso típico del dolor agudo lumbar es inicialmente favorable: hay una marcada reducción en la media del dolor y la discapacidad en las primeras seis semanas.
Sin embargo, más allá de las seis semanas la mejora se desacelera y, posteriormente, sólo pequeñas reducciones en la media del dolor y la discapacidad son evidentes hasta un año después.
Un año después de comenzar el tratamiento, la mejora típica de la intensidad del dolor fue alrededor del 90 por ciento para los pacientes que tenían dolor lumbar agudo y alrededor del 50 por ciento para los que tenían dolor lumbar crónico, según hallaron los investigadores.
Hay noticias buenas y malas en esta revisión. Está muy bien que las personas mejoren con la atención, pero sin duda hay margen para hacerlo mejor, sobre todo para las personas con persistente dolor de espalda baja.
Por lo general, cuando la gente ve resultados de este tipo quieren culpar al médico, pero, quizás, una de las razones principales por las que no se han logrado más progresos en el campo del dolor de espalda es que los organismos de investigación no retoman la investigación del dolor en serio.
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