dissabte, 16 de març del 2013

La olla de barro

Era un lechero acaudalado y que contaba con varios trabajadores en su
lechería. Llamó a uno de ellos, Ashok, y le entregó una olla llena de
mantequilla para que la llevase a un cliente de un pueblo cercano. A
cambio le prometió algunas rupias extras. Ashok, muy contento, colocó
la olla sobre su cabeza y se puso en marcha, en tanto se decía para
sí: "Voy a ganar dos rupias. ¡Qué bien! Con ellas compraré gallinas,
éstas pronto se multiplicarán y llegaré a tener nada menos que diez
mil. Luego las venderé y compraré cabras. Se reproducirán, venderé
parte de ellas y compraré una granja. Como ganaré mucho dinero,
también compraré telas y me haré comerciante. Será estupendo.
Me casaré, tendré una casa soberbia y, naturalmente, dispondré de
excelente cocinero para que me prepare los platos más deliciosos, y si
un día no me hace bien la comida, le daré una bofetada". Al pensar en
propinarle una bofetada al cocinero, Ashok, automáticamente, levantó
la mano, provocando así la caída de la olla, que se hizo mil pedazos
contra el suelo derramando su contenido. Desolado, volvió al pueblo y
se enfrentó al patrón, que exclamó:
–¡Necio! ¡Me has hecho perder las ganancias de toda una semana!
Y Ashok replicó:
–¡Y yo he perdido mis ganancias de toda la vida!
*El Maestro dice: El futuro es un espejismo. Éste es tu momento, tu
instante. En lugar de fantasear con la mente, pon las condiciones para
que la semilla pueda germinar.
Tomado de "Cuentos Clásicos de la India" recopilados por Ramiro Calle
Jaume Guinot
Ciudadano del mundo

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