La meditación es una práctica cada vez más común en Occidente, por lo que es probable que sientas la curiosidad de experimentar estas ancestrales técnicas orientales, para lo cual es conveniente que manejes algunas técnicas para comenzar a meditar y así obtener algunos de los múltiples beneficios que implica esta actividad, principalmente sobre la capacidad de concentración, pero también para reducir el estrés, aliviar tensiones o calmar los nervios, siendo apropiada inclusive para tratar cuadros de asmas y dolor crónico.
El lugar adecuado para meditar
Es muy importante que el lugar que elijas para meditar sea un sitio tranquilo donde no seas interrumpido. Una habitación de tu casa puede ser un lugar perfecto, así como un espacio al aire libre en contacto con la naturaleza, siempre y cuando no te expongas demasiado a intromisiones de la familia u otras personas. Recuerda que la base de la meditación es la concentración.
Entrar en calor
Si bien con esto no nos referimos a que realices una rutina de ejercicios completa, el practicar algunastécnicas de estiramiento y flexiones para aflojar los músculos y liberar la tensión resulta de mucha ayuda para facilitar la meditación y liberar nuestra mente de preocupaciones o pensamientos mundanos.
Posición
Cuando ya hayas escogido el lugar, únicamente debes comenzar a meditar en una posición cómoda y relajada, que no tiene que ser precisamente la típica que solemos asociar a esta practica de las piernas cruzadas y las manos levantadas. Simplemente debemos colocar nuestro cuerpo de una forma que facilite la relajación y que no nos produzca incomodidad o cansancio luego de haber permanecido unos minutos en ella.
Cuando recién se comienza a meditar, una buena forma es hacerlo sentado bien derecho, con la espalda erguida, la cabeza levantada y las manos en las piernas, pero también puedes experimentar con algún asiento más acolchado o en la misma cama, pues si bien existen muchas posiciones preestablecidas para meditar, en los comienzos solo debes conseguir estar cómodo para centrar tu mente en la meditación.
Respiración
La respiración es una de las principales herramientas que utilizaremos para meditar. Resulta muy importante que practiquemos inhalaciones y exhalaciones lentas y profundas, concentrándonos en el efecto que estas hacen sobre nuestro cuerpo, pudiendo incluso contar cada respiración hasta alcanzar el 4 y volver a empezar de 0, para de esta forma fomentar la capacidad de concentración, la relajación de los músculos y reducir el ritmo cardiaco.
Ojos, sonidos y ambiente general
Generalmente tenemos la idea de que se debe meditar con los ojos cerrados, pero nuevamente aquí también debemos guiarnos por lo que nos resulte más cómodo, pudiendo perfectamente meditar de forma correcta con los ojos abiertos o semicerrados.
También es muy común utilizar sonidos y música ambiental, pero eso mejor resérvalo para cuando seas un practicante de la meditación más avanzado, concéntrate ahora en limpiar tu mente de todos los pensamientos que tengas e intentar elevarla a un grado de reposo superior.
Comienza practicando unos 10 minutos por sesión, y cuando hayas asimilado completamente esta práctica sin causarte cansancio o aburrimiento, asciende a unos 20 o 25 minutos de meditación al día.
Se que esto suena difícil de entender sobre como ponerlo en practica, pero ya verás como siguiendo las técnicas que te hemos comentado, tu mismo irás experimentando e identificando los procesos y evoluciones que realices.
extraido de otramedicina.com
Jaume Guinot
Terapias Granollers
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