No se sabe si será un empujón o un golpe de gracia, lo único seguro es que la entrega la próxima semana del Nobel de medicina a la farmacóloga china Tu Youyou hizo converger todas las miradas en la medicina tradicional, en la que ella se inspiró.
En China algunos temen que el galardón deje malparada una práctica bajo influencia creciente de la medicina occidental, por la que los chinos parecen ahora sentir predilección.
Tu fue galardonada por haber conseguido extraer la artemisinina, principal molécula utilizada contra el paludismo, de una planta citada por la medicinachina en el siglo IV. Una sustancia que, según los especialistas, no es un “medicamento chino”, es decir el resultado de una combinación de plantas prescritas por un médico, sino un producto de la química moderna.
Al contrario de la mayoría de las empresas occidentales, miles de investigadores trabajan en China en la creación de medicamentos industriales a base de principios activos obtenidos de las plantas medicinales.
El gobierno los apoya con la intención de convertir la medicina tradicional en un pilar de su nuevo modelo económico basado en la “innovación”.
Hay quien teme que el reciente Nobel acabe perjudicando a la auténtica medicina tradicional, explica a la AFP Lan Jirui, un médico chino de 47 años.
Una medicina que abarca acupuntura, masajes, ventosas y medicamentos a base de plantas, minerales y a veces animales, entre otros.
– ‘Si no es científico es estúpido’ –
Al contrario de la medicina occidental, la china “ve el cuerpo humano en su globalidad. Es como un tablero de sudoku: cada parte depende de la otra”, afirma Lan. “Por ejemplo, que alguien le duela la cabeza no significa que el problema venga forzosamente de la cabeza”.
El diagnóstico se hace preguntando al paciente, tomando el pulso y observando la lengua. “Los médicos occidentales intentan matar a las bacterias, pero la medicina china trata de modificar su entorno para bloquear la proliferación y expulsarlas del cuerpo”, precisa a la AFP Tian Helu, de 73 años, un experto en la materia.
China contaba en 2013 con más de 40.000 establecimientos de medicina tradicional, es decir el 4% de los centros de salud, según la agencia Xinhua.
Los medicamentos tradicionales son bastante más baratos que los “occidentales” y abundan en las zonas rurales, donde vive el 45% de la población.
Pero tanto en China como en Occidente están en entredicho por no basarse en principios científicos y por recurrir en ocasiones a partes de animales (tigres, osos) de especies protegidas.
China considera esta medicina como una prioridad. En su plan quinquenal de mayo contempla su desarrollo, mejorando el acceso al mercado, así como la fiscalidad y la fijación de precios.
Los médicos, que rechistaban a veces en transmitir su saber, se ven obligados a formar a alumnos, y los campesinos reciben incentivos por cultivar plantas medicinales que les comprará el Estado.
“La influencia de la medicina tradicional es limitada debido al poder de la ciencia. La gente, y sobre todo los chinos, cree que todo lo que no es científico es estúpido”, asegura Lan Jirui.
Algunos investigadores, como Chen Qiguang, de la Academia de Ciencias Sociales, aboga por su enseñanza en la educación primaria, por la creación de patentes para la protección de los medicamentos y por más control de los profesionales.
– ‘Egoísmo’ –
Los médicos necesitan como mínimo una licenciatura universitaria (cinco años de estudio) o un aprendizaje. Lo más importante es la práctica en hospital, que les proporcionará un certificado profesional para ejercer.
Basada en escritos antiguos, la medicina tradicional no descarta la investigación. La Academia de las Ciencias Médicas chinas trabaja actualmente sobre la eficacia de la acupuntura, sobre la combinación de plantas contra las enfermedades cardiovasculares y sobre nuevo tratamiento de las cataratas.
En Occidente la medicina china va ganando prestigio. La acupuntura da buen resultado en el tratamiento del lumbago y el insomnio, según un informe en Francia del Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica (Inserm).
El arsénico, un veneno usado en la medicina china, resultó ser eficaz contra una forma de leucemia, concluyó un equipo franco-chino, cuyas investigaciones se publicaron en la revista estadounidense Cancer Cell en 2010.
Fuente:La Tribuna
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