La otitis consiste en la inflamación del oído, externa o interna, y puede ser originada por diversas causas, la mayoría de ellas infecciosas. Frecuentemente se presenta como una complicación de cuadros gripales o infecciones de la vía respiratoria alta, como faringitis y amigdalitis. La otitis se clasifica de acuerdo con el momento de aparición y con su duración. Así, se la puede dividir en:
Otitis Media. La otitis media se produce por la entrada en el oído medio de bacterias procedentes de la nariz o de la garganta. Ambas están comunicadas con el oído mediante un conducto con forma de tubo, el cual se llena de mucosidades y provoca la enfermedad. Se da con mayor frecuencia en los primeros años de vida debido a que el organismo de defensa no está lo suficientemente desarrollado.
Otitis Externa. Es una infección del conducto auditivo externo, el tubo que conduce los sonidos desde el exterior del cuerpo hasta el tímpano. Afecta especialmente a personas que pasan mucho tiempo en el agua y por ello se da más en el verano. Cuando hay demasiada humedad en el oído, la piel que recubre el interior del conducto auditivo se puede irritar y lesionar, permitiendo la proliferación de bacterias u hongos.
Diagnóstico
El médico realizará un examen exhaustivo, obtendrá un historial de síntomas y hará unas pruebas sencillas. Deseará averiguar con qué libertad puede moverse el tímpano, si hay fluido en el oído medio y si se ha producido alguna pérdida auditiva.
Ayudado por el microscopio, el profesional realiza una exploración otoscópica para observar el tímpano y evaluar su estado. Con ello se tendrá la información necesaria para determinar de qué tipo de trastorno se trata y calificar su importancia.
Síntomas y tratamiento
El primer síntoma es el dolor, acompañado de fiebre, irritabilidad, malestar general, secreción y percepción de ruidos en el oído. En los adultos, se presenta también una
sensación de oído ocupado y descenso de la audición. Por su parte, los niños están intranquilos e inapetentes y pueden tener diarrea, entre otras cosas.
Algunas infecciones del oído se alivian sin problema por sí solas sin necesidad de antibióticos. A menudo, todo lo que se necesita es tratar el dolor y dejar que el cuerpo sane por sí mismo. De ser necesario, el tratamiento es a base de analgésicos, descongestionantes y antibióticos dependiendo del posible agente causal. Habitualmente, con el uso de fármacos los síntomas mejoran significativamente en 48 horas.
Prevención
Es importante estar atento a diversos factores de riesgo que pueden derivar en otitis. En los adultos, todas las enfermedades de la vía respiratoria superior como rinitis y sinusitis pueden llevar a la otitis. Además, el hábito de fumar irrita permanentemente la mucosa de la vida respiratoria. En el niño, todos los catarros de la vía aérea pueden derivar en otitis. Algunos chicos presentan el trastorno al ser fumadores pasivos de la pareja de padres.
En algunas situaciones se puede prevenir la otitis. Para ello, es recomendable utilizar gorro o tapones para nadar, evitar la humedad en el oído, evitar una limpieza enérgica, no abusar de los hisopos y no consumir antibióticos en exceso ya que se puede generar una resistencia a ellos. El estar sumergido en el agua durante mucho tiempo favorece la aparición de las otitis, sobre todo si el agua está sucia o tiene alguna bacteria.
La opinión del especialista
Doctor Carlos Mario Boccio. Jefe del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Italiano y Profesor Titular UBA.
-¿Cómo se puede prevenir la otitis?
No se recomiendan las temperaturas extremas y la sequedad del ambiente, característica del invierno. El fumar también se debe evitar. Los adultos que deben cuidarse son aquellos con antecedentes de otitis en la infancia. Son oídos propensos a las infecciones y por eso apenas sientan algún cambio en el status del oído deben consultar.
-¿Cómo se debe realizar una limpieza correcta de los oídos?
El oído tiene un mecanismo de autolimpieza y por eso no habría que tocarlo de ninguna forma. No está demostrado que el uso de hisopos sea necesario. Si el paciente nota que tiene el oído tapado o con algo de humedad, puede usar un par de gotas de alcohol para provocar una deshidratación rápida y secarlo. Si hay un tapón, lo correcto es visitar a un especialista.
Fuente:Buena Salud
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