dijous, 28 de juny del 2012

El Poder Sanador de la Palabra

Se no se ha dicho que la palabra, tanto por su significado como por la vibración que produce, tiene la capacidad de crear, de sanar o de destruir. Y se nos ha dicho que cuando enfocamos nuestros pensamientos y emociones para expresar algo, en realidad, exteriorizamos y materializamos un poder que afecta el reino material.

Por eso lo que le decimos a otra persona, en realidad nos lo estamos diciendo a nosotros mismos, pues si cada uno de nosotros estamos concientes de que la energía que se libera con cada palabra nuestra es capaz de modificar a la persona a quien la dirigimos, a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, tendríamos más cuidado con lo que decimos.

En todas las religiones se conoce el gran poder que encierran las palabras contenidas en una oración, es decir, el verbo y la palabra. Algunos alfabetos de lenguas antiguas son por sí mismos fuentes de poder y por eso en algunos cultos se utilizaba la energía canalizada en el lenguaje para manifestar el pensamiento, la emoción y los sentimientos y lograr modificar la calidad de vida que deseaban para la comunidad.

Así, se utilizaban y utilizan aún los rezos, cánticos, plegarias, mantras, etc. con intenciones definidas como técnicas para materializar deseos y cubrir necesidades aunque en la actualidad, mucho de este poder se ignora. Recordemos que el Padrenuestro es una oración súmamente poderosa que recoge en sí misma una gran energía para quién ora y para quienes le rodean. Se dice que durante el rezo del padre nuestro en forma colectiva en un recinto cerrado, la energía generada por sus palabras y su intención, puede sentirse.

En la actualidad, los investigadores físicos cuánticos han comenzado a descubrir y a validar los conocimientos olvidados de aquellas antiguas culturas. Si tan solo aprendiéramos a aplicar esos antiguos conocimientos olvidados y escondidos, tendríamos el poder de cambiar nuestro mundo tan solo con la palabra.

Palabras y ADN
Una investigación rusa reciente, ha revelado que el ADN humano, de acuerdo a las palabras que escucha o que recibe la persona, se va reprogramando, sin modificar los genes individuales. Y según estos mismos estudios se concluye que el ADN es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo y a la vez almacena información para la comunicación biológica del cuerpo. También, desde el punto de vista lingüístico, el código genético se rige por las mismas reglas que los lenguajes humanos, es decir sigue el orden en que se forman frases y oraciones.

La conclusión de estos científicos, es que los lenguajes humanos no aparecieron como coincidencia sino que reflejan los códigos que sigue el ADN humano y por tanto, las palabras y oraciones influyen en la reprogramación del ADN.

El descubrimiento científico que nos parece un tanto extraño y descabellado, ha sido del conocimiento de los maestros espirituales y religiosos desde hace miles de años. Es decir, la fisiología de nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y hasta los pensamientos. Desde el punto científico, la explicación de este hallazgo, es que el ADN es como el alfabeto común a todas las lenguas y nuestros cuerpos son como una biblioteca donde se almacena este alfabeto capaz de reunir en sí mismo toda la información, lo cual abre las puertas a un misterio aún mayor, y que la biblioteca estaría fuera de nuestros cuerpos en algún desconocido del cosmos y que nuestro ADN estaría en comunicación constante con este almacén universal de conocimiento.

Más Evidencias
El físico y psico-fisiólogo Dan Winter quien ha desarrollado un programa de computación para estudiar las ondas que emite el corazón bajo respuestas emocionales analizó también las vibraciones del lenguaje hebreo y descubrió que las figuras que representan los símbolos de ese alfabeto, corresponden exactamente a la longitud de onda del sonido de cada palabra.

A partir de este hallazgo, y de acuerdo a la tradición judía que asegura que cada letra de la Torah es una palabra en sí misma

Rabbinic tradition asserts that every letter of every word of Torah is a word in itself.
In The Alphabet That Changed the World, author Stan Tenen demonstrates that each letter is also a hand gesture, and, at this level, Hebrew forms a natural universal language. All people, including children before they speak and people without sight, make use of these gestures.

LA EVIDENCIA INESPERADA

El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma. Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alfabeto hebreo se correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.

Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alfabeto son representaciones geométricas. En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. El libro del Génesis está escrito en este lenguaje.

Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención. Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podría conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.

Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino también para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar "híper-comunicación", una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarían conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada "conciencia colectiva".

El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, seríamos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.

El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.

Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicación, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.

Revista Mundo Natural

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